ENSAYO FOTOGRÁFICO

Una semana, un mes, una vida
(por Lala Goldverji)

Lala hace un viaje brutalmente honesto con ella misma. Después de recuperarse del famoso covid, terminar una relación y ser expulsada de su departamento en Guadalajara, Jalisco, regresa a uno de sus lugares de origen, Mazatlán, Sinaloa, México, donde decide aislarse por completo un mes, para adentrarse en ella (lo único que le queda).

Hace un viaje hacia las aguas (las emociones) y hacia la tierra (la raíz), descubriendo las múltiples personalidades y versiones de ella misma. Caminando en un bucle atemporal, integra la dualidad: su razón y su intuición, su interior y su exterior, su pasado y su futuro. Recuerda que es sentirse en casa: en su presencia, en su cuerpo, habitar en ella. Ahí se da cuenta de que, lo cíclico es la única constante y que en el presente está todo, tanto los recuerdos como los sueños. El triángulo de la vida: se nace, se vive, se muere y listo, se vuelve a empezar todos los días.

¿Quién soy?
15 de marzo del 2021

Soy un lienzo en blanco, porque todo lo que está por crearse de ahora en adelante, es un universo entero de posibilidades. Un lienzo de madera, como la tierra, la semilla. Soy parte de un gran árbol, en mi está todo lo que he vivido, y todo lo que vivieron los que antes de mi estuvieron, todo lo que viviré y todo lo que vivirán aquellos que, después de mi vendrán.

Soy un pincel, simple, ligera y poderosa, soy quien dirige, soy quien manifiesta las líneas, las texturas, dejándose llevar por la creación misma. Soy quien traza, da color y forma a mi propia vida.  

Soy un rebozo mexicano y como toda mujer mexicana, protejo a los míos y lo que es mío. Soy multifuncional porque puedo generar calor para los días de frio y también puedo ser un manto para ser espiritual o ser capa para ser una heroína, también puedo contener, cuidar, alimentar, resguardarme a mí y a los otros. Soy tela construida de diferentes retazos de sabiduría, de diferentes hilos ancestrales. Soy arte puro, porque en mí, todo está y todo soy.

¿Dónde estoy?
16 de marzo del 2021

Estoy en la villa, lugar donde la risa, el descanso, el gozo y la familia son los protagonistas. Estoy en soledad, pero no me siento sola. En la cocina escucho la risa de mi abuelita, en la alberca veo a mis primos jugar y en la sala siento a los tíos celebrar.
Estoy frente a un espejo donde me veo y me reconozco, reflejos de arriba y de abajo, el pasado y el futuro. En este espacio convergen la niña que aprendía a dar clavados, la adolescente que llegaba al salir el sol de la fiesta, la mujer de hoy, que se reinventa una y otra vez, una y otra vez.

Estoy en el muelle, donde vive la niña que juega a embarrarse de barro con sus primos, aquí está la adolescente que descubre su atracción hacia el sexo opuesto, aquí está la introvertida, la reina, la ñoña, la ranchera y la fresa, el ajonjolí de todos los moles y todas las fiestas, aquí está la joven que sueña en grande, la que quiere pintar, escribir, expresarse, diseñar y construir un mundo mejor. También se encuentra  la mujer de hoy, la que entrega todo su peso al agua y todo lo que ya no le corresponde para poder seguir adelante. Y ¿por qué no? aquí también está la chamana, la curandera, la vieja, la que sabe, la que susurra, la que sana y solo observa.

Estoy en la ola, lugar donde el agua aterriza, aquí todo está revuelto. Aquí está la que llora, la que grita, la que teme y la que ansía, la que ataca, la que extraña, la insegura. También está la tierna, la que ríe, la que confía y la que abraza. La que se pelea y se contenta sola. Aquí están las infinitas emociones pasajeras. Como las olas; fluyen, van y vienen, danzan, se expresan, luego se van y luego regresan. Aquí, recuerdo que la intención es surfear la ola, aunque por ahora me sienta revolcada, recuerdo que todo es parte del juego, del disfrute de estar vivos y solo me suelto para volver a flotar, volver a la paz, volver a confiar.

¿De dónde vengo y a dónde voy?
18 de marzo del 2021

Nací en Guadalajara, crecí en Culiacán, soy del mundo y vengo de las estrellas. En donde sea que este, he descubierto mis propios contrastes: siendo introvertida y extrovertida, alegre y enojona, rígida y espontánea, muy organizada y de pronto, todo está patas arriba. He sentido intensamente: el amor y el desamor, el asombro de la complejidad del ser, el entusiasmo por experimentar y cumplir mis sueños, el apego a mi entorno y el dolor profundo de lo que es la perdida.

A los treinta y tres, me veo de frente, me reencuentro en movimiento constante, absorbiendo todo a través de mis sentidos (escucho los sonidos de las lanchas y la tambora tocando en la playa, con la sensación de la arena en mis pies y  el olor a pescado). Me encuentro fluyendo, expresando, pintando, bailando, construyendo, re-escribiendo mi propia historia, aprendiendo y enseñando todo el tiempo, me siento agua, me siento tierra, me siento en casa.

En el futuro, me veo floreciendo, mostrándome al mundo: integra, firme y simple, sabia y ecuánime, alegre y tranquila. Siendo yo, con todo lo que esto implica.

Y ¿ahora?
21 de marzo del 2021

Estoy agradecida, me amo, te amo, los amo. Sé que siempre estuvieron, siempre están y siempre estarán. Gracias por caminar conmigo, papá, mamá, hermanos, abuelos, tíos, primos, amigos, familia, mi raíz, mi base, mi sustento.

Ahora, con mis manos, elijo pintar de blanco un nuevo lienzo, despidiéndome de eso que plasme en un muro hace tiempo, en un duelo. Duelo de la muerte de mi padre hace 6 años. Hoy decido cerrar un ciclo dentro de otro ciclo y aunque sigo extrañándote, ahora elijo gozar y volar contigo. 

Bailando en plena libertad: bailo riendo y bailo llorando, bailo cantando, bailo dejando al cuerpo moverse y expresarse como quiera y a donde quiera.  Bailo por todos los que no pudieron ser ellos mismos y rio por todos los que reprimieron sus deseos y carcajadas. Ahora canto las palabras de todos los que callaron y no dijeron nada y también canto las palabras que no fueron escuchadas.

Porque, si no es ahora, ¿cuándo?

LADO A:
Lo consciente
La estructura lineal

LADO B:
Lo inconsciente
El bucle atemporal